INTRODUCCIÓN
La contención mecánica es una medida terapéutica que consiste en la anulación de cualquier movimiento ya sea de una parte o de todo el organismo con el objetivo de curar mediante la inmovilización parcial o completa. Se utiliza principalmente en la agitación psicomotora, la autoagresividad o en la falta de control de impulsos.1
Esta contención mecánica o también conocida como física consiste en inmovilizar de manera parcial o total el cuerpo del paciente para evitar lesiones a sí mismo o a otros, caídas, la retirada de vías o catéteres durante el proceso de agitación o en situaciones donde es probable la huida. Esto se realiza mediante: cinturones abdominales, muñequeras o tobilleras que eviten los movimientos en los miembros superiores e inferiores y manoplas indicadas en pacientes que suelen rascarse de forma continua.2
Una de las características que definen a la contención mecánica es que el elemento de contención no puede ser retirado cuando el paciente lo solicite. Quedan así excluidos de esta definición las barandas o cualquier otro dispositivo que el paciente pueda retirar cuando él quiera.1
La principal indicación de este tipo de medidas es en la agitación psicomotriz la cual se define como un estado de hiperactividad motora caracterizada por un aumento de los movimientos sin finalidad determinada. Se puede asociar a manifestaciones de agresividad, aunque puede presentar otros síntomas o signos. Este síndrome se puede presentar en una gran variedad de trastornos psiquiátricos y somáticos.3
Es importante mencionar que el uso de medidas de contención es sugestivo de vulnerar los derechos de las personas, de manera que surgen numerosos problemas éticos que se deben abordar a través del establecimiento de unos criterios de actuación y de un protocolo preestablecido.1
Cabe destacar el papel que ejerce el personal de enfermería antes, durante y después del proceso de agitación psicomotora. Por ello, el personal sanitario deberá valorar el estado actual del paciente así como su hidratación actual o su capacidad para la movilización de las extremidades; observar si existen signos de agresividad como pueden ser: excesividad de movimientos, golpes, gritos o amenazas verbales. Además, deben valorar precozmente el estado de las constantes vitales y de la conciencia o si se presentan delirios o alucinaciones. 1,4
Por tanto, la aplicación de la contención mecánica debe ser valorada de forma individualizada dependiendo de las características del paciente, teniendo en cuenta los riesgos y beneficios que ésta pueda generar, siendo la contención verbal y farmacológica las primeras que se deben poner en marcha antes de llegar a la contención mecánica.1
BIBLIOGRAFÍA
Sastre Rus M., Campaña Castillo F. Contención mecánica: definición conceptual. Ene [Internet]. 2014. [consultado 9 de marzo 2021]; 8 (1). Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1988-348X2014000100007
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Psiquiatría.com. [Internet]. España. Noviembre 2019. [actualizado 11 de Marzo 2021; consultado 10 de marzo 2021]. Disponible en: https://psiquiatria.com/glosario/index.php?wurl=hiperactividad
Rodríguez Barbero MP. Análisis de las sujeciones o contenciones. Enfermería Ciudad Real. [Internet]. 2015. [consultado 11 de marzo 2021]. Disponible en: https://www.enfermeriadeciudadreal.com/analisis-de-las-sujeciones-o-contenciones-479.htm
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